A veces el fútbol, y en especial estos formatos de Copa, son por demás injustos con los entrenadores y los procesos. Ni hablar los forros de los periodistas que se llenan la boca cada vez que un club raja un técnico, pero son los primeros en ponerle el mote de fracaso a cualquier traspié.
El Boca de Alfaro lleva 17 partidos disputados en este semestre, en los cuales, solo perdió 2 y mantuvo la vaya invicta en 13. En los cruces de Copa Libertadores, de 6 partidos, ganó 4, empató 1 y perdió el restante. En 5 de esos 6, Boca terminó con el arco en cero. riBar por el contrario, de 6 partidos, ganó 2, empató 3 y perdió el restante. En definitiva, Alfaro terminó pagando un precio muy caro por el segundo tiempo en la ida contra riBer, donde rompió al pedo el equipo con los cambios, más allá de los favores del VAR a riBer. También se pagó un precio muy caro por la falta de variantes ofensivas ante las salidas de Benedetto y Pavón, y las lesiones de chanchope y Salvio.
Por todo esto para mi Alfaro merece seguir el año que viene, aunque con otra dirigencia, no tan servil al robo descarado de las gallinas.