La cuestión entre América y Europa se pudrió a partir de la ley Bosman de 1995. Hasta ese momento la cuestión venía bastante pareja entre ambas federaciones con un mínimo de ventaja en el historial para Sudamérica.
A pesar que los clubes europeos tenían más billetera, al tener el tope de 3 extranjeros, el rival estaba obligado a alinear como mínimo 8 jugadores nacionales. La última edición de la Copa Intercontinental previa ley Bosman fue la de 1995, que el Ajax le ganó a Gremio por penales, tras empatar 0 a 0 el partido. En aquel encuentro el Ajax alineó 9 holandeses más Finidi (Nigeria) y Litmanen (Finlandia). En el segundo tiempo salió el finpes y entró Kanú (Nigeria), por lo que siempre mantuvieron 9 nacionales en cancha.
Eso se rompió con la Ley Bosman, En realidad, Bosman fue a los estrados judiciales por otra cuestión. El jugador, belga, jugaba en el Lieja a comienzos de los '90. En su momento se niega a renovar su contrato por no acordar el monto y queda "libre". Así las cosas va y firma un contrato con un club de Francia. Sin embargo, no pudo jugar porque el club belga exigía que se le pague una cláusula de indemnización. Es decir, en aquel entonces por más que finalizara el contrato del jugador, para poder ir a otro club, el nuevo club debía indemnizar al club con el que tuvo el último contrato. El club seguía siendo dueño del jugador de cierto modo, a pesar de que ya no tuvieran contrato vigente con el mismo.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró ilegales las indemnizaciones por traspaso de jugadores sin contrato, pero fue más allá e incluso declaró ilegales los cupos de extranjero para futbolistas ciudadanos de cualquier país de la Unión Europea. Esto último trajo aparejado que no solo los grandes de Europa pudieran adquirir los jugadores de nacionalidad europea que se les cantara las bolas, sino que encima comenzó el tráfico de partidas de nacimiento para gestionarle la ciudadanía europea a cualquier sudamericano por ser descendiente de inmigrantes o a cualquier africano por haber nacido en una ex colonia europea.
La Intercontinental 1996 fue la primera edición bajo esta modalidad. La Juventus salió a la cancha con los franceses Zidane y Deschamps, más el servio Jugovic, el croata Boksic y el uruguayo Montero. 5 extranjeros en cancha. Ganaron 1 a 0.
Quizás el ejemplo más paradigmático de esto haya sido el Inter de Milán en el 2010. El equipo "italiano" ganó la Champions sin un solo tanto en el equipo y con un técnico portugués. Recién en el descuento Mourinho hizo entrar a Materazzi por Milito para que un italiano figurara en la ficha del partido. Para el Mundial de Clubes, el Inter dirigido por el español Benitez, vuelve a repetir 11 extranjeros en cancha contra el Mozambe, con la salvedad que al brasilero Thiago Mota al tener la doble nacionalidad lo podemos contar como tano.
Al salir a billetera a la cancha los grandes de Europa se dieron el gusto de armar selecciones internacionales, en vez de clubes nacionales. Así la diferencia entre Europa y Sudamérica se hizo abismal. De 24 ediciones de Copa Intercontinental/Mundial de Clubes posteriores a la Ley Bosman, los europeos ganaron 18 y los sudamericanos solo 5 (2 Boca y una los brasileros San Pablo, Inter y Corinthians).
Si lo analizamos por confederaciones, la Copa Intercontinental desde 1960 al 2004 tuvo 22 campeones sudamericanos y 21 europeos (considerando que las últimas 9 ediciones fueron al amparo de la ley Bosman (´96 al '04), de las cuales Sudamérica solo ganó 2 con Boca).
En cambio el Mundial de Clubes tiene 12 títulos para Europa y solo 3 para Sudamérica.
Que el Bayer tiene un juego espectacular nadie lo discute. Pero eso también es posible porque se dan el lujo de meter 8 extranjeros en el partido. Y ni hablar del PSG, club francés donde solo tres franceses salieron a la cancha, Kimpembe (hijo de un congolés y una haitiana), Mbappé y Kurzawa.
Ahí está el diferencial entre ambas federaciones. Nos cuesta un huevo enfrentar a los europeos porque se dan el gusto de jugar al Fútbol Manager con la vida. Antes, por más que tuvieran 3 extranjeros de pvta madre, al menos tenían que sostener a 8 nacionales, que se dividían entre los muy buenos, los buenos y los terrenales. Por caso, la Juventus de 1985 bien podía tener a Laudrup y Platiní como un Sergio Brio que no conoce nadie fuera de Italia y así la cosa era más pareja.