Uno de mis idolos...calidad, pegada hasta sacrificio con Lorenzo...,,hace poco dijo esto: "
A mediados de 1976, la vida de Zanabria iba a cambiar por
el llamado de Boca, donde eslabonaría más alegría en su cadena de títulos. Pocos saben que esa historia, pudo adelantarse seis meses… "Nosotros hacíamos la pretemporada en Necochea y Boca también. Cuando volvíamos de la playa, pasábamos por la puerta del hotel de ellos. Un día, me agarró el loco Gatti, que había sido compañero mío en la selección el año anterior, y me dijo:
"Lorenzo quiere hablar con vos. Me preguntó referencias para traerte. Te espera hoy a las siete de la tarde en el bar Barrabás, frente a la playa". Nos saludamos en la barra, sentados en las clásicas banquetas altas. Me habló claro: "riBer ganó los dos torneos del ´75, Boca no puede ser menos. Hay que ganar los torneos locales y luego cumplirle el sueño al presidente Armando, que es ganar la Copa Libertadores. Usted sabe lo que es Boca". Con pedazos de servilletas de papel, me mostraba en qué lugar de la cancha pensaba ponerme, Obviamente me entusiasmé, pero le dejé en claro que iba a ser difícil que me vendan. A los pocos días llegó la solicitud oficial, pero
Newell´s me declaró intransferible. Nuestra campaña no fue buena en ese Metropolitano (donde Boca fue campeón) y al terminar, me pidieron nuevamente y se hizo la operación.
Como si fuera un talismán, Mario se vistió de
azul y oro y en el primer torneo, salió campeón contra el clásico rival, en la recordada final en cancha de Racing, como una reedición del ´74. "Al principio me costó adaptarme, porque practicaban un juego distinto. En Newell´s jugábamos más cerca, a un toque. Acá recibía la pelota y los punteros
Mastrángelo y Felman, ya salían en diagonal esperando el pase. Lorenzo me tuvo paciencia y me fui insertando en el esquema. Para la final del Nacional 76 contra riBer fui al banco e ingresé al comenzar el segundo tiempo por Felman, que se había lesionado. El
Toto me dijo: "Juegue de cuarto volante, no de puntero, así el lateral (Comelles) lo tiene que venir a buscar. A los pocos minutos, riBer se desorientó en esa zona y sacamos ventajas. Las sabía todas. La victoria con
el gol de Suñé fue espectacular, otro hecho soñado. Porque el gran mérito de ese plantel, fue que éramos verdaderos amigos y la sabiduría de Lorenzo de armar el grupo con gente de experiencia: Suñé ya conocía el mundo Boca desde las inferiores,
Gatti y Mastrángelo habían jugado en riBer,
Veglio había sido campeón con los
Matadores de San Lorenzo,
Pancho Sa era múltiple ganador de Libertadores en Independiente, más la buena base que ya había en el club como
Pernía, Tarantini, Mouzo, el Chino Benítez y Felman".
en 1982 regresé a Boca. Allí
tuve oportunidad de participar de la gira por Asia y Centroamérica y jugar con Maradona. Una cosa maravillosa, siendo parte de un mediocampo con él y Marcelo Trobbiani, más el
Flaco Gareca arriba. No perdimos ninguno de los ocho partidos. Diego era un monstruo. Inigualable".
Mario colgó sus siempre lustrosos botines en 1983 y al año siguiente, de manera casi sorpresiva, inició su carrera de entrenador, nada menos que en Boca. Primero como interino y luego de ser
ayudante de campo de Alfredo Di Stéfano, fue confirmado como técnico principal en los últimos partidos de 1985 y todo 1986.