La ausencia en Madrid hasta la puedo llegar a entender. Guillermo planteó un partido cerrado, dependiendo de las oportunidades facturadas por Bennedetto -que estaba en un momento dulce- y la solidez brindada por el dúo Barrios-Nández (porque Pablo Pérez estorbaba). Y la fórmula le sirvió a la perfección durante 60 minutos. El problema fue la ceguera de no ver cómo Riber le estaba cambiando la torta a la hora de juego, y tal vez ahí sí se podría apuntar que el aporte de Cardona o Zárate hizo mucha falta. Por lo demás, el mismo Guillermo ya había quemado a Cardona en una final contra las gallinas poniéndolo a correr por la banda detrás de los jugadores semi-dopados del rival. Una idiotez que costó un penal que, en condiciones, no se cobra nunca.
Ahora bien, la ausencia TOTAL contra Santos, en un partido cerrado primero, y en una debacle anunciada después tras el horrendo primer tiempo en Brasil, con Cardona siendo figura partido tras partido en la Copa local, es algo totalmente absurdo y menos "perdonable". No por tener la certeza de que si metían al gordo, el tipo iba a clavarla en el ángulo, pero sí por la ridiculez de que no se manejen variantes ni se rompan esquemas en este equipo, incluso cuando absolutamente nada está funcionando, como fue el caso del partido en Sao Paulo.
En todo caso, si éste no jugaba ayer, Boca perdía 0-2.
Ahora bien, la ausencia TOTAL contra Santos, en un partido cerrado primero, y en una debacle anunciada después tras el horrendo primer tiempo en Brasil, con Cardona siendo figura partido tras partido en la Copa local, es algo totalmente absurdo y menos "perdonable". No por tener la certeza de que si metían al gordo, el tipo iba a clavarla en el ángulo, pero sí por la ridiculez de que no se manejen variantes ni se rompan esquemas en este equipo, incluso cuando absolutamente nada está funcionando, como fue el caso del partido en Sao Paulo.
En todo caso, si éste no jugaba ayer, Boca perdía 0-2.