Además de Alfaro, vienen con él sus dos ayudantes Claudio Adrian Cristofanelli y Carlos Alcides Gonzalez
Y el muy importante preparador físico Sergio Chiarelli
Una nota para que lo empecemos a conocer
E n 1989, Gustavo Alfaro era “Lechuga”, el 5 de Atlético de Rafaela que ascendió al Nacional B al ganarle a Atlético Ledesma. El preparador físico de ese equipo era Sergio Chiarelli. Cuando el experimentado mediocampista de diálogo constante con los árbitros dio paso al novel entrenador, el propio Chiarelli fue su profe. Seguían en la Crema, en su casa.
Hoy, a casi 28 años de ese ascenso, siguen juntos. “A través de los años, yo se lo que Alfaro pretende del equipo, qué busca. Tratamos de conseguir eso, que el jugador cumpla objetivos para llegar a la idea que tiene Gustavo de cómo debe jugar el equipo” , dice.
El conocimiento mutuo es vital. Y se entusiasma al hablar de la preparación física y los cambios que ha tenido a lo largo de los años. “Cuando arranqué había otras modalidades de trabajo. Que, con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta de que no eran las mejores. Nos hemos consustanciado más con lo específico del fútbol para llevar las prácticas de una manera más equiparada entre la técnica y la parte física” .
"Se apunta a que los objetivos se cumplan a partir de que los jugadores puedan combinar las partes físicas y técnicas. Además, para el jugador es muchos más llevadera la actividad. Yo no se si llamarlo engaño, pero hay una relación mayor de especificidad entre la parte física y el deporte en el que está actuando el jugador. Nosotros los preparadores físicos hemos tratado paulatinamente de ir mejorando para motivar más al futbolista” .
Está claro, para Chiarelli y gran parte de los profes del fútbol argentino el trabajo físico sin la pelota es parte del pasado.
¿Qué pasa cuando no se tienen jugadores explosivos? “Eso es muy importante tenerlo en cuenta” , responde el profe. “Todo el mundo quiere un equipo rápido, pero para eso tenés que tener jugadores rápidos. Sino, hay que variar la actividad o tratar de acercar de la mejor manera posible a los jugadores a que se adapten a la forma de juego del entrenador. Entonces hay que ir potenciando ciertas aptitudes de los futbolistas para que traten de cumplimentar sin inconvenientes la idea del entrenador” .
La pretemporada en Tandil está cortada por los amistosos en Mar del Plata. Para la planificación del trabajo, una noticia que nunca es bien recibida. “Un partido era problemático; dos, doble problema. Siempre hay que atender a todas las necesidades, tener en cuenta que estos partidos favorecen a la institución. Tenemos que agudizar el ingenio, priorizar ciertas actividades y dosificar los esfuerzos de manera que podamos llevar adelante estos dos partidos, que por otro lado son positivos porque nos van a dar ritmo de competencia. No es todo en contra, hay cosas buenas y malas. Hay que evaluar todo, tener en cuenta todo. A veces uno se ofusca, pero cuando analiza se da cuenta de que hay muchas posibilidades que evaluar. Y optimizar para alcanzar los objetivos planteados” , subrayó Chiarelli.
“Hay que reorganizar un poquito a partir de los dos partidos que tenemos que jugar. No somos los únicos que jugamos partidos al principio de una pretemporada. Si trabajamos bien, con buenas cargas en Tandil y jugamos con el otro equipo en Mar del Plata, tanto no vamos a perder aunque no sea lo ideal” , agregó.
Al segundo día en Tandil se sumaron los refuerzos, Mauro Matos y Brahian Alemán... y manos a la obra para el preparador físico. “Les hace falta trabajar. Matos y Alemán son futbolistas que estaban en ‘reposo’, trabajando en forma individual que no es lo mismo que entrenar con un plantel. Van a trabajar diferenciado, aparte del grupo. La idea es nivelarse con el resto del grupo lo antes posible para que estén a las órdenes de Alfaro” . Esta semana comenzarán a tener más contacto con el balón aunque no serán titulares contra Racing.
A la hora de entrenar, no hay preferidos ni “mimados”. Sí, respeto como bandera para la convivencia. “Desde que empecé a trabajar, todos los jugadores son iguales para mi. En todo aspecto, tanto desde el trabajo como desde el trato. Para mi el fútbol es un trabajo, yo no vengo a divertirme. Trato de tener armonía tanto con el jugador como con la gente que me rodea. Siempre les digo a los jugadores que el respeto es primordial. Yo al jugador lo respeto y respeto todos sus momentos. Los jugadores para mi son todos iguales, desde un joven como Perdomo hasta los más grandes como Lucas Lobos, Sebastián Romero, Mauricio Romero, Lucas Licht o Facundo Oreja, quienes ya tienen años en el fútbol” , cerró Sergio Chiarelli. Casi, la otra mitad de Gustavo Alfaro.