Juanka
Idolo
Grite ese gol de Erviti de una manera como pocas veces en mi vida, quizás el gol de Palemo al Real o a las mismas gallinas con las muletas, mi hijo que vino a ver el partido llego a preocuparse en un momento por mi salud, quería a toda costa que me tomara la presión y yo sin escucharlo seguía gritando como un energúmeno -SOS GALLINA, SOS GALLINA, NI A ESTE EQUIPO DE MIERDA LE PODES GANAR, NO NOS GANAS NUNCA MAS GALLINA!!!-
Luego , más calmo, viendo y escuchando a los hinchas de riBer destruidos como si los hubiéramos goleado y pasado por encima, recapacite sobre los pormenores de lo sucedido, y no voy a entrar en esa boludez de si es digno festejar un empate o no. Todas las gallinas, sin excepción, lo vivieron como una frustración inconmensurable y están soportando este lunes al borde de un ataque de nervios, y eso es motivo suficiente para gozar de lo sucedido. Pero ojo, a no engañarse, es mentira lo que dicen algunos jugadores como Schiavi por ejemplo que “lo empatamos a lo Boca”, lo empatamos porque el otro equipo es una banda de gallinas desplumadas y cagonas, se lo empataron ellas mismas de la misma manera que nosotros nos dejamos empatar o ganar en el último minuto pelotudamente en muchas ocasiones con estos mismos jugadores.
Empatarlo a lo Boca hubiese sido inclinándoles la cancha, poniendo huevos, arrinconándolos contra un arco y cascoteándoles el rancho aunque sea desorganizadamente. Pero Boca fue en todo momento un equipo sin respuestas futbolísticas pero tampoco anímicas, después del segundo gol podrían haber venido dos o tres más porque los jugadores de Boca faltaba que les dijera a los de riBer “toma, hacelo”. Con el 2 a 0 dieron el partido por perdido hasta que nos regala Gonzalez Pirez ese penal absurdo, y aun así quedando a un solo gol no se notaba reacción, no asomaba el “ala carga Vargas” ni nada por el estilo. Tuvo que llegar el momento del partido donde el pibe Paredes la pueda llevar sin que lo intercepte nadie, gire para un lado, gire para otro sin saber qué hacer ni a quien dársela y los tres mediocampistas de riBer hipnotizados y sin reacción alguna como paso el el famoso gol de Martin en muletas hasta que después de medio minuto que nadie se quería hacer cargo de la pelota, le llega a Acosta para que tire un centro como si fuera una pelota parada, con el defensor más cerca a 8 metros, donde Silva la puede parar de pecho dentro del área sin que lo molesten y Erviti, un alfeñique de 60 kilos no puede ser frenado por Botinelli y encima queda desparramado un tipo que pesa 20 kilos más que su marca ante un arquero que estaba tomando mate en el arco hasta que le llego por tweeter que tenía que salir.
Pero ya esta, este super ya quedo atrás, lo que no quedo atrás es la situación de Boca, ya fuera del campeonato, comprometido con la Copa Libertadores, y el vestuario más caliente que nunca donde Schiavi en pleno festejo de esta zafada del bochorno se dedica a putear al DT porque le dio el penal a Silva cuando quería patearlo el por ser su ultimo clásico, como si el de ayer fuera su partido homenaje y no la reedición del superclásico luego del descenso gallina, y todavía falta el sainete Clemente Rodríguez para amenizar la semana.
Luego , más calmo, viendo y escuchando a los hinchas de riBer destruidos como si los hubiéramos goleado y pasado por encima, recapacite sobre los pormenores de lo sucedido, y no voy a entrar en esa boludez de si es digno festejar un empate o no. Todas las gallinas, sin excepción, lo vivieron como una frustración inconmensurable y están soportando este lunes al borde de un ataque de nervios, y eso es motivo suficiente para gozar de lo sucedido. Pero ojo, a no engañarse, es mentira lo que dicen algunos jugadores como Schiavi por ejemplo que “lo empatamos a lo Boca”, lo empatamos porque el otro equipo es una banda de gallinas desplumadas y cagonas, se lo empataron ellas mismas de la misma manera que nosotros nos dejamos empatar o ganar en el último minuto pelotudamente en muchas ocasiones con estos mismos jugadores.
Empatarlo a lo Boca hubiese sido inclinándoles la cancha, poniendo huevos, arrinconándolos contra un arco y cascoteándoles el rancho aunque sea desorganizadamente. Pero Boca fue en todo momento un equipo sin respuestas futbolísticas pero tampoco anímicas, después del segundo gol podrían haber venido dos o tres más porque los jugadores de Boca faltaba que les dijera a los de riBer “toma, hacelo”. Con el 2 a 0 dieron el partido por perdido hasta que nos regala Gonzalez Pirez ese penal absurdo, y aun así quedando a un solo gol no se notaba reacción, no asomaba el “ala carga Vargas” ni nada por el estilo. Tuvo que llegar el momento del partido donde el pibe Paredes la pueda llevar sin que lo intercepte nadie, gire para un lado, gire para otro sin saber qué hacer ni a quien dársela y los tres mediocampistas de riBer hipnotizados y sin reacción alguna como paso el el famoso gol de Martin en muletas hasta que después de medio minuto que nadie se quería hacer cargo de la pelota, le llega a Acosta para que tire un centro como si fuera una pelota parada, con el defensor más cerca a 8 metros, donde Silva la puede parar de pecho dentro del área sin que lo molesten y Erviti, un alfeñique de 60 kilos no puede ser frenado por Botinelli y encima queda desparramado un tipo que pesa 20 kilos más que su marca ante un arquero que estaba tomando mate en el arco hasta que le llego por tweeter que tenía que salir.
Pero ya esta, este super ya quedo atrás, lo que no quedo atrás es la situación de Boca, ya fuera del campeonato, comprometido con la Copa Libertadores, y el vestuario más caliente que nunca donde Schiavi en pleno festejo de esta zafada del bochorno se dedica a putear al DT porque le dio el penal a Silva cuando quería patearlo el por ser su ultimo clásico, como si el de ayer fuera su partido homenaje y no la reedición del superclásico luego del descenso gallina, y todavía falta el sainete Clemente Rodríguez para amenizar la semana.