Nuestros contrincantes en el mundo interno son el miedo, la duda, la ansiedad, la depresion, la preocupacion y fuerzas similares que todo el tiempo est n intentando robar nuestra alegr¡a. Si ayer las vencimos, hoy volver n a desafiarnos otra vez. Interiormente, tal vez no estemos preparados para el desaf¡o, pero con nuestro pequeño ego decimos: "De acuerdo, acepto tu desaf¡o". ¿Qu‚ ocurre entonces? El miedo viene y corre delante de nosotros, mientras la duda nos agarra por las piernas y la envidia nos empuja hacia atr s. Si fueran contrincantes honrados acceder¡an a correr adecuadamente, pero no lo son. As¡ que, antes incluso de empezar, la ansiedad viene y nos ahoga.