jbismarck
Idolo
Espera en la puerta, como inquieto y acelerado, Carlos Horacio Salinas. "Ustedes siempre se acuerdan de m¡", avisa por una entrevista hecha hace siete años. "Ac* vivo, ‚sta es mi casa. Mi mam* ya me dio su parte, as¡ que es m¡a...", cuenta, y enseguida invita a pasar al fondo, en donde solo hay un sillon con el cuero rajado por el sol y la lluvia en el que toma sol mañana y tarde. "Ese es mi pasatiempo en la semana. Y los s*bados juego con unos veteranos en comunas de la zona. Me hace bien", aclara.
Una imagen de sus padres, dos plaquetas y un poster del equipo campeon del mundo en 1978 adornan las paredes del living de su casa en el barrio El Cruce, a cuatro cuadras de la cancha de San Mart¡n de Tucum*n. Es el recuerdo de su ‚poca de gloria. "Fue lo m*ximo. Ganar la Intercontinental con un gol m¡o...", dice, y se r¡e. Porque Salinas siempre se r¡e. Aunque del fútbol solo le quedaron recuerdos...
-¿Qu‚ te dio el fútbol adem*s de esas alegr¡as?
-BMW tuve dos, un 320 gris y un 323 blanco. Tambi‚n siete departamentos. Porque yo hice tres transferencias en un año. Argentinos, cuando fui para que Maradona llegara a Boca, me dio 250.000 dolares en la mano. Yo era un bac*n. Y ahora me ves y estoy patas para arriba.
-¿Qu‚ pasó con todo?
-Yo me cas‚ de changuito, tuve a las dos nenas, y despu‚s me separ‚, porque estaba en la far*ndula, sal¡amos de joda, conoc¡ otras minas, hasta a Adriana Brodsky. Nos junt*bamos a la noche de domingo a domingo, con Coppola, el Chino Ben¡tez, Santos, Randazzo...
Aunque alguna vez reconocio que aspiro Poxi-ran y que en Colombia jugo drogado, ahora no quiere hablar de eso. Tambi‚n dice haber dejado atr*s los tres meses en la c*rcel en 1987 y el intento de suicidio en 1988. "Ando bien y mal, estoy enfermo pero no s‚ de qu‚", explica, por su adiccion al alcohol y los vaivenes que tiene.
-¿No te complico la noche, salir tanto? Podr¡as haber rendido m*s...
-Nunca me jodio, si ten¡a 22 o 23 años, andaba con toda la leche y siempre al frente para entrenarme.
-¿Y los siete departamentos y los dos BMW?
-Empezo el declive, vend¡ uno, vend¡ dos. Le dej‚ otro a mis hijas... Y cuando no me quedo nada y me hund¡, para salir de la joda, volv¡ a mi provincia, a la casa de mis padres...
Nacido en Tucum*n, el Loco arranco en San Mart¡n y antes de debutar en Primera se fue a Riberjuniors. Hasta que en el supercl*sico número 100 metio la pata. "Cambi‚ la camiseta con Trobbiani y como viv¡a en la pension del club, despu‚s del partido me bañ‚, me puse la de Boca y as¡ baj‚ a la confiter¡a. Nadie me dijo nada, pero despu‚s me pusieron a la venta". De Riberjuniors, entonces, pasó a Chacarita y ah¡, peleador como era, tuvo un cruce con el Chapa Suñ‚. "El me pego en los riñones, yo me di vuelta y le di un cabezazo. Le romp¡ el tabique. Y el martes me fue a buscar la pr*ctica con Ribolzi y nos agarramos a trompadas. Poco despu‚s, Lorenzo me llevo a Boca y nos encerro en el vestuario: 'Ahora les vamos a poner los guantes para que peleen para nosotros', nos dijo".
Por ese temperamento que lo traicionaba, en 1978 agarro del cuello al *rbitro Abel Gnecco y le dieron 25 fechas. "Volv¡ en un amistoso y tambi‚n me expulsaron". Al partido siguiente, en la primera fecha del Metro, otra vez roja. De ah¡ en m*s, le hicieron contrato por partido. As¡ y todo, en 1980, inicio incidentes en un partido contra Peñarol que termino con los 11 de Boca expulsados. ¿Qu‚ hizo? Le tiro un bot¡n a un hincha que lo insultaba.
-Todav¡a jug*s...
-S¡, me pagan 40 o 50 pesos por partido. Vivo de eso, tranquilo.
-¿Est*s m*s tranquilo?
-S¡, pero eso no quita que me tome unas cervecitas y me pase un poco. Pero no tomo por adiccion, tomo por eleccion. Nunca nadie me vio tirado en la calle. Y para jugar al fútbol, ya no me peleo y solo me falta habilidad-gambeta-velocidad-juventud-gol. Si tuviera eso, tendr¡a varios Mercedes ac* en la puerta, ja.
Una imagen de sus padres, dos plaquetas y un poster del equipo campeon del mundo en 1978 adornan las paredes del living de su casa en el barrio El Cruce, a cuatro cuadras de la cancha de San Mart¡n de Tucum*n. Es el recuerdo de su ‚poca de gloria. "Fue lo m*ximo. Ganar la Intercontinental con un gol m¡o...", dice, y se r¡e. Porque Salinas siempre se r¡e. Aunque del fútbol solo le quedaron recuerdos...
-¿Qu‚ te dio el fútbol adem*s de esas alegr¡as?
-BMW tuve dos, un 320 gris y un 323 blanco. Tambi‚n siete departamentos. Porque yo hice tres transferencias en un año. Argentinos, cuando fui para que Maradona llegara a Boca, me dio 250.000 dolares en la mano. Yo era un bac*n. Y ahora me ves y estoy patas para arriba.
-¿Qu‚ pasó con todo?
-Yo me cas‚ de changuito, tuve a las dos nenas, y despu‚s me separ‚, porque estaba en la far*ndula, sal¡amos de joda, conoc¡ otras minas, hasta a Adriana Brodsky. Nos junt*bamos a la noche de domingo a domingo, con Coppola, el Chino Ben¡tez, Santos, Randazzo...
Aunque alguna vez reconocio que aspiro Poxi-ran y que en Colombia jugo drogado, ahora no quiere hablar de eso. Tambi‚n dice haber dejado atr*s los tres meses en la c*rcel en 1987 y el intento de suicidio en 1988. "Ando bien y mal, estoy enfermo pero no s‚ de qu‚", explica, por su adiccion al alcohol y los vaivenes que tiene.
-¿No te complico la noche, salir tanto? Podr¡as haber rendido m*s...
-Nunca me jodio, si ten¡a 22 o 23 años, andaba con toda la leche y siempre al frente para entrenarme.
-¿Y los siete departamentos y los dos BMW?
-Empezo el declive, vend¡ uno, vend¡ dos. Le dej‚ otro a mis hijas... Y cuando no me quedo nada y me hund¡, para salir de la joda, volv¡ a mi provincia, a la casa de mis padres...
Nacido en Tucum*n, el Loco arranco en San Mart¡n y antes de debutar en Primera se fue a Riberjuniors. Hasta que en el supercl*sico número 100 metio la pata. "Cambi‚ la camiseta con Trobbiani y como viv¡a en la pension del club, despu‚s del partido me bañ‚, me puse la de Boca y as¡ baj‚ a la confiter¡a. Nadie me dijo nada, pero despu‚s me pusieron a la venta". De Riberjuniors, entonces, pasó a Chacarita y ah¡, peleador como era, tuvo un cruce con el Chapa Suñ‚. "El me pego en los riñones, yo me di vuelta y le di un cabezazo. Le romp¡ el tabique. Y el martes me fue a buscar la pr*ctica con Ribolzi y nos agarramos a trompadas. Poco despu‚s, Lorenzo me llevo a Boca y nos encerro en el vestuario: 'Ahora les vamos a poner los guantes para que peleen para nosotros', nos dijo".
Por ese temperamento que lo traicionaba, en 1978 agarro del cuello al *rbitro Abel Gnecco y le dieron 25 fechas. "Volv¡ en un amistoso y tambi‚n me expulsaron". Al partido siguiente, en la primera fecha del Metro, otra vez roja. De ah¡ en m*s, le hicieron contrato por partido. As¡ y todo, en 1980, inicio incidentes en un partido contra Peñarol que termino con los 11 de Boca expulsados. ¿Qu‚ hizo? Le tiro un bot¡n a un hincha que lo insultaba.
-Todav¡a jug*s...
-S¡, me pagan 40 o 50 pesos por partido. Vivo de eso, tranquilo.
-¿Est*s m*s tranquilo?
-S¡, pero eso no quita que me tome unas cervecitas y me pase un poco. Pero no tomo por adiccion, tomo por eleccion. Nunca nadie me vio tirado en la calle. Y para jugar al fútbol, ya no me peleo y solo me falta habilidad-gambeta-velocidad-juventud-gol. Si tuviera eso, tendr¡a varios Mercedes ac* en la puerta, ja.