'Por la lesión, no puedo jugar ni un picado con mis amigos'

palermito69

Estrella
Si diciembre suele ser especial para la mayoría de los mortales, más lo es para Sebastián Alejandro Battaglia. En el último mes del año el León obtuvo varios de los 17 títulos que lo convierten en el jugador más ganador de la historia de Boca: Apertura 2000 (día 17), Intercontinental 03 (un 14), Apertura 05 (también 14), Sudamericana 05 (el 18), Apertura 08 (el 23)... Vaya si tiene cosas para contar y recordar. Como que un día 11, de 2011, se puso la azul y amarilla por 313ª vez y última, aunque él no lo supiera: Falcioni lo incluyó 16 minutos del último partido contra All Boys en un Xeneize campeón dos fechas antes, para que en su palmarés también figurara el torneo Apertura y superara por un trofeo a Guillermo Barros Schelotto.
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Battaglia, mientras espera una chance para seguir ligado al club, se desquita con el golf. La nueva vida del más ganador...



Pasaron ya dos años... Aunque fue recién en el pasado abril, 16 meses después, que el volante central oficializó su retiro, con 32 años, y luego de que no le encontrara solución a una osteocondritis –desgaste en los huesos de la articulación- en el tobillo derecho. “¿Cómo pasa el tiempo, no? Fue algo muy lindo, porque yo no estaba para jugar. Ni siquiera venía entrenándome con el equipo. Pero Julio me invitó a participar y fue un gran gesto. Fue importante poder estar adentro de la cancha y poder compartir esa alegría con los compañeros”, viaja al pasado en charla con Olé .

-Pasaron ocho meses. ¿El retiro está asumido?
-Sí, creo que sí. Al momento de aquel partido, mi cabeza seguía buscando soluciones para el pie y poder estar de nuevo adentro de una cancha. La seguí peleando todo ese tiempo. Pero no se dio. Y después de haber anunciado que no jugaba más, estos meses demostraron que la decisión fue correcta porque es hasta hoy que todavía me duele.

-¿Es una pelea perdida?


-Si hubiese algo mágico que me sacara el dolor, sería el hombre más agradecido. Pero me duele bastante para caminar, y prácticamente no hago actividad física. Ya no podría correr si quisiera. Por la lesión, no puedo jugar ni un picado con mis amigos.
-No te puedo creer.
-Te digo que me duele hasta para caminar... Si camino mucho me queda doliendo. Si caminara sin dolor y algún que otro día fuera a jugar un picado, pero no...
-¿Y qué más te imposibilita hacer? Manejar...
-En algún momento sí, me jode, depende de la posición o si mantengo mucho el pie para arriba. Pero cuando más lo siento es cuando camino mucho.
-¿Por qué llegás a eso?
-Es un desgaste de partidos y de esfuerzo. Tuve cinco o seis esguinces fuertes en mi carrera. El tobillo te perdona un poco más, te esguinzás un miércoles y el domingo te deja jugar. Con alguna molestia, pero te deja. Y cuando uno viene con toda la vorágine de Boca, querés estar adentro de la cancha siempre. Después la articulación lo sufre, se va desgastando y no tiene otra explicación.
-Terminaste rescindiendo con Boca. ¿En algún momento intestaste buscar una solución de seguir ligado sin cobrar?
-Boca es mi casa, como dije siempre. A medida de que iba pasando el tiempo, me di cuenta de que no iba a poder jugar más. Y de que tenía que pensar en otra cosa. Hoy las charlas siguen abiertas con el club para ver si puedo seguir ligado, ayudando donde pueda serle útil al equipo para que a Boca le vaya bien. Siempre está en mi cabeza ayudar. Después veremos cómo sigue todo y de lo que ellos piensan que me pueden dar, o necesitan o ven que les puedo ser útil. Ya depende de los dirigentes definir.

-¿Y a vos qué te gustaría hacer?


-A mí me gustaría, obviamente, ayudar en lo que viví yo durante toda mi carrera. Yo llegué al club a los 15 años y estuve siempre muy ligado con Boca. Arranqué en las Inferiores y si pudiera aportarles algo a los chicos que hoy están ahí, sin ninguna duda que lo voy a hacer.
-¿Y aportarle desde qué lugar: como DT, desde la docencia o dar charlas?
-Tengo hecho el curso de técnico... Guardado. No pensé en ser técnico. Pero me gustaría estar dentro del club y ayudando a los chicos. Veremos con la gente de Boca qué piensan para mí, si quieren que yo esté ahí adentro. Sino buscaré mi camino.
-¿Boca necesita de esta camada de jugadores que ganaron todo, transmitir esa mentalidad?
-Pienso que sí. Porque los tiene que movilizar a esos chicos que les hablen personas a las que vieron lograr cosas importantes en los años anteriores.

-¿Te das cuenta de que sos el más ganador de la historia?


-Siempre digo que todavía no me doy cuenta, no caigo. Pero sí. Es un logro para mí que me deja muy tranquilo y contento de la carrera que tuve. Si hoy me das a elegir seguir jugando a los 33 y no ganar nada, no sé si lo agarraría. Estoy agradecido de haber vivido todo eso y aceptar no jugar más.
-¿Cuánto de lo que lograste habías soñado?
-Nada. Mi sueño de chico era poder llegar a jugar en Primera y ser profesional. Después te van preguntando y decís que te gustaría ser campeón. Pero todo lo que me pasó, sin ninguna duda, que no me lo esperaba.
-¿Te arrepentís de algo?
-No, no... Me puedo arrepentir de no haber vuelto de Japón con los muchachos en el 2003. Tenía un pase al Villarreal y me iba directo. Hoy creo que tendría que haberlo manejado de otra manera y poder haber vivido lo que fue la gente una vez que el plantel llegó a la Argentina.
-¿Y hoy salís a la calle y el hincha qué te dice?
-Es un gran cariño que tienen. Estoy agradecido del cariño que me dan afuera de la cancha o cuando te ven en algún lugar. Y a alguno se le escapa preguntar si no voy a volver. Pero siempre repito lo mismo, que es casi imposible.

-¿Y cuando te elogian delante de tus hijos? ¿Entienden lo que sos?


-Tengo una nena de 12, Camila, una de 9, Sofía, y el más chiquito, Benjamín, que cumple 3 en enero. Hoy tienen más noción de lo que hice jugando pero a las nenas el fútbol no les importa demasiado. En cambio el chiquito, a pesar de su corta edad, me ha pedido videos que tengo guardados. No se queda mirando todo el tiempo, ya se raja, pero me pide ver cuando jugaba y me pregunta: “¿Ahí te lastimaste?” Bien, je. De a poquito va entendiendo lo que es Boca: ha dormido con la camiseta, pone canciones de la hinchada y lo llevé a ver partidos y se vuelve loco.
-¿Cómo es un día en tu vida post retiro?
-Estos seis meses, disfruté de mi familia, de poder llevar a los chicos al colegio, buscarlos, de ir a reuniones o actos, que en su momento no podía. Y me hago tiempo para hacer alguna cosa que me gusta.
-¿Y con qué reemplazaste la ausencia del fútbol?
-El pie no me deja hacer otro deporte que no sea golf. Y no pensé que el golf me podía atrapar ni nunca lo miré con esos ojos, pero cuando fui y probé y me metí a aprender, me hizo muy bien y lo disfruto.

-¿Y al golf sos bueno como en el fútbol?


-Je... No, todavía no. Es un deporte complicado. Saqué el handicap, me dieron 25, como a todos los amateurs, y hay que intentar bajarlo. ¿Si lo bajé? Estamos en la pelea. No me quejo porque con este handicap en algunos hoyos te dan dos golpes de ventaja.
 
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