jbismarck
Idolo
La decision del macrismo de centralizar las compras produjo graves trastornos. En el Argerich suspendieron las operaciones programadas. En el Hospital de Niños piden toallas por la radio. En el servicio de traumatolog¡a del Alvarez estuvieron un mes sin analg‚sicos.
"En un d¡a normal, ac hac¡amos 40 cirug¡as. Hoy hicimos tres", confirma su director, Donato Spaccavento. El Argerich es uno de los centros de atencion de mayor consulta de la ciudad y tal vez por eso el lugar donde estallo una crisis que afecta con distinta intensidad a los 32 hospitales de Buenos Aires, todos con problemas de insumos.
- ¿Qu‚ falta?
Hospitalesaladeriva
- Var¡a según el d¡a o el movimiento. Este hospital tiene 3500 renglones de insumos. La semana pasada, por ejemplo, estuvimos al l¡mite con la gasa. Se hace el pedido, dicen que van a mandar, se demoran., con todo es as¡. El gobierno de la ciudad no entiende ni la complejidad de los insumos que necesitamos, ni el nivel de produccion de servicios que tenemos.
La recorrida por otros centros tiene resultados similares. En el hospital Rivadavia, Rodolfo Arrechea denuncia que "intervenciones simples como una operacion de ves¡cula est n pasando para el año que viene por falta de insumos".
En el hospital Alvarez, del barrio de Flores, Iv n Sotomayor, jefe de enfermeros de la guardia, apunta que en la sala de traumatolog¡a estuvieron un mes sin analg‚sicos. "Los tuvieron que comprar los propios pacientes."
Arrechea es secretario adjunto de la Asociacion de Trabajadores del Estado (ATE), y al contar el problema hace introduccion: un mes atr s, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, les pidio a todos los directores de los hospitales la renuncia.
La direccion de los hospitales es todav¡a un cargo pol¡tico, no concursado, por lo que las renuncias se presentan siempre que hay un cambio de gobierno. En este caso hab¡an sido elevadas en diciembre, y el jefe de Gobierno se las volvio a pedir.
Macri inicio de esta manera un proceso de renovacion de las autoridades, en el que junto al ministro de Salud, Jorge Lemus, decidir si ratifica o renueva a los directores. Un consejo de especialistas propondr cinco candidatos para cada hospital, de los que Macri y Lemus elegir n a qui‚n nombrar.
Esta situacion de limbo en que quedaron los directores, esperando la ratificacion o el desplazamiento, ha mantenido a la mayor¡a en un silencio que poco tiene que ver con la salud, concluye Arrechea.
Las denuncias se est n haciendo por debajo, desde los sindicatos, algunas asociaciones de profesionales, o los pacientes. Es viernes, y en la radio habla una voluntaria del hospital de Niños Ricardo Guti‚rrez. Pide donaciones de toallas, "aunque sean usadas, las que tengan medio viejitas", dice, porque "hay muchos chicos internados que no tienen".
Sin stock
Los hospitales sufren una crisis estructural, de arrastre: falta de equipamiento, de personal, una demanda que los supera y que crece cada vez que aumenta la pobreza. Pero este panorama, que parec¡a dif¡cil que se pusiera peor, se agravo con el cambio en el sistema de compras de los insumos implementado por el macrismo en el mes de junio cuando, tras denunciar la existencia de sobreprecios, el gobierno de la ciudad les quito la facultad de hacer sus compras y las centralizo, poni‚ndolas a cargo del Ministerio de Hacienda.
Con este sistema, a los hospitales se les fue terminando el stock.
A los 3 meses de implementado y en medio de quejas generalizadas, el propio gobierno de la ciudad admitio su error y les devolvio la facultad de hacer una parte de sus compras.
As¡ quedo un sistema mixto: las compras generales, de los insumos de mayor uso, siguen centralizadas, mientras que las espec¡ficas, destinadas a prestaciones de mayor complejidad, son realizadas por cada hospital. El cambio, sin embargo, no alcanzo para solucionar las cosas.
La suspension de las cirug¡as programadas, o su reprogramacion, es uno de sus efectos. Otra consecuencia (de la falta de insumos sumada a la falta de personal) es que hay mayores demoras en la atencion m‚dica.
Según Arrechea, los pacientes est n esperando en promedio cuatro meses para un turno, de acuerdo a la especialidad. El secretario adjunto de ATE señala que las demoras afectan "de manera c¡clica distintas reas. Pero, en todos los casos, dejaron lejos las promesas de campaña de Macri de que no iba a haber m s espera en los hospitales".
El macrismo reconoce la crisis por los insumos, pero asegura que quedar superada antes de fin de año.
"Cada vez que se cambia el modelo de compras hay dificultades, hasta que el procedimiento est aceitado. En este caso el problema no est en el presupuesto, sino en la prontitud con que llegan los insumos", dice N‚stor P‚rez Baliño, director de la Region Sanitaria n§ 1 y designado por el Ministerio de Salud porteño para responder sobre el tema.
"Como funcionarios y como m‚dicos, nos da ansiedad que esto pase, pero estamos trabajando en que vuelvan a crecer los stocks, y lentamente nos vamos recuperando. El problema es m s que nada de reposicion, hay que conseguir que log¡stica distribuya r pido en los hospitales lo que se va comprando."
Del lado de afuera
Con la escasez de recursos, todos los problemas se agravan. Las colas son m s largas, la cantidad de enfermos que quedan sin atencion es mayor y la relacion entre el hospital y los pacientes no es de cooperacion sino de guerra. En algunos centros, los pacientes parecen ser considerados como una especie invasora a la que es necesario mantener a raya. En el Hospital Ramos Mej¡a, este invierno las autoridades pegaron en la puerta una resolucion:
"Se informa al público en general que a partir del lunes se encuentra totalmente prohibido el ingreso del mismo a formar fila y/o sacar turnos en el interior del hospital antes de las 5.30 hs. Toda persona que desee ingresar deber formar fila y esperar del lado de afuera, manteniendo el orden y turno de llegada".
¿Se le puede pedir a un enfermo al que se le hace hacer una cola de cinco o seis horas para ser atendido que adem s espere en la calle, en pleno invierno?
Los sindicatos señalan que un factor que agrava las demoras para otorgar turnos es la falta de personal, un problema acentuado desde que el macrismo implemento un incentivo que se jubilen 5000 agentes; al parecer, otra medida de ahorro.
"Falta personal, y aunque los cargos ya est n concursados y designados, los nuevos nombramientos no se concretan."
En algunos lugares como el Alvarez, los problemas de falta de personal se agudizaron al punto de que este año, en Semana Santa, durante cinco d¡as no se interno a ningún paciente. No hab¡a enfermeras para atenderlos. Nunca antes hab¡a ocurrido algo as¡.
En contraste con la lenta toma de decisiones para enviar insumos o nombrar al personal faltante, Macri acaba de concretar la privatizacion del sistema de facturacion y cobranza con que los hospitales recuperan los servicios prestados a quienes tienen obra social o medicina prepaga. La medida ilustra en qu‚ lugar se pone el acento.
Spaccavento advierte sobre los riesgos de privatizar el sistema de facturacion:
"Todas las experiencias del mundo en esta direccion terminaron impulsando la privatizacion del hospital. Las empresas facturadoras estimulan a los m‚dicos y el personal a internar y hacer bien los papeles de quienes tienen obras sociales o prepagas.
Son empresas que ganan m s si el hospital factura m s, ganan en funcion de un canon que se les da por lo que consiguen facturar por encima del promedio historico. As¡, como ya pasó con el Hospital de Cl¡nicas, los hospitales terminan teniendo salas maravillosas para aquellos sectores a los que se les puede facturar, esto es lo que sucedio con el PAMI, y otras de segunda que son para los pacientes del sistema público".
"En un d¡a normal, ac hac¡amos 40 cirug¡as. Hoy hicimos tres", confirma su director, Donato Spaccavento. El Argerich es uno de los centros de atencion de mayor consulta de la ciudad y tal vez por eso el lugar donde estallo una crisis que afecta con distinta intensidad a los 32 hospitales de Buenos Aires, todos con problemas de insumos.
- ¿Qu‚ falta?
Hospitalesaladeriva
- Var¡a según el d¡a o el movimiento. Este hospital tiene 3500 renglones de insumos. La semana pasada, por ejemplo, estuvimos al l¡mite con la gasa. Se hace el pedido, dicen que van a mandar, se demoran., con todo es as¡. El gobierno de la ciudad no entiende ni la complejidad de los insumos que necesitamos, ni el nivel de produccion de servicios que tenemos.
La recorrida por otros centros tiene resultados similares. En el hospital Rivadavia, Rodolfo Arrechea denuncia que "intervenciones simples como una operacion de ves¡cula est n pasando para el año que viene por falta de insumos".
En el hospital Alvarez, del barrio de Flores, Iv n Sotomayor, jefe de enfermeros de la guardia, apunta que en la sala de traumatolog¡a estuvieron un mes sin analg‚sicos. "Los tuvieron que comprar los propios pacientes."
Arrechea es secretario adjunto de la Asociacion de Trabajadores del Estado (ATE), y al contar el problema hace introduccion: un mes atr s, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, les pidio a todos los directores de los hospitales la renuncia.
La direccion de los hospitales es todav¡a un cargo pol¡tico, no concursado, por lo que las renuncias se presentan siempre que hay un cambio de gobierno. En este caso hab¡an sido elevadas en diciembre, y el jefe de Gobierno se las volvio a pedir.
Macri inicio de esta manera un proceso de renovacion de las autoridades, en el que junto al ministro de Salud, Jorge Lemus, decidir si ratifica o renueva a los directores. Un consejo de especialistas propondr cinco candidatos para cada hospital, de los que Macri y Lemus elegir n a qui‚n nombrar.
Esta situacion de limbo en que quedaron los directores, esperando la ratificacion o el desplazamiento, ha mantenido a la mayor¡a en un silencio que poco tiene que ver con la salud, concluye Arrechea.
Las denuncias se est n haciendo por debajo, desde los sindicatos, algunas asociaciones de profesionales, o los pacientes. Es viernes, y en la radio habla una voluntaria del hospital de Niños Ricardo Guti‚rrez. Pide donaciones de toallas, "aunque sean usadas, las que tengan medio viejitas", dice, porque "hay muchos chicos internados que no tienen".
Sin stock
Los hospitales sufren una crisis estructural, de arrastre: falta de equipamiento, de personal, una demanda que los supera y que crece cada vez que aumenta la pobreza. Pero este panorama, que parec¡a dif¡cil que se pusiera peor, se agravo con el cambio en el sistema de compras de los insumos implementado por el macrismo en el mes de junio cuando, tras denunciar la existencia de sobreprecios, el gobierno de la ciudad les quito la facultad de hacer sus compras y las centralizo, poni‚ndolas a cargo del Ministerio de Hacienda.
Con este sistema, a los hospitales se les fue terminando el stock.
A los 3 meses de implementado y en medio de quejas generalizadas, el propio gobierno de la ciudad admitio su error y les devolvio la facultad de hacer una parte de sus compras.
As¡ quedo un sistema mixto: las compras generales, de los insumos de mayor uso, siguen centralizadas, mientras que las espec¡ficas, destinadas a prestaciones de mayor complejidad, son realizadas por cada hospital. El cambio, sin embargo, no alcanzo para solucionar las cosas.
La suspension de las cirug¡as programadas, o su reprogramacion, es uno de sus efectos. Otra consecuencia (de la falta de insumos sumada a la falta de personal) es que hay mayores demoras en la atencion m‚dica.
Según Arrechea, los pacientes est n esperando en promedio cuatro meses para un turno, de acuerdo a la especialidad. El secretario adjunto de ATE señala que las demoras afectan "de manera c¡clica distintas reas. Pero, en todos los casos, dejaron lejos las promesas de campaña de Macri de que no iba a haber m s espera en los hospitales".
El macrismo reconoce la crisis por los insumos, pero asegura que quedar superada antes de fin de año.
"Cada vez que se cambia el modelo de compras hay dificultades, hasta que el procedimiento est aceitado. En este caso el problema no est en el presupuesto, sino en la prontitud con que llegan los insumos", dice N‚stor P‚rez Baliño, director de la Region Sanitaria n§ 1 y designado por el Ministerio de Salud porteño para responder sobre el tema.
"Como funcionarios y como m‚dicos, nos da ansiedad que esto pase, pero estamos trabajando en que vuelvan a crecer los stocks, y lentamente nos vamos recuperando. El problema es m s que nada de reposicion, hay que conseguir que log¡stica distribuya r pido en los hospitales lo que se va comprando."
Del lado de afuera
Con la escasez de recursos, todos los problemas se agravan. Las colas son m s largas, la cantidad de enfermos que quedan sin atencion es mayor y la relacion entre el hospital y los pacientes no es de cooperacion sino de guerra. En algunos centros, los pacientes parecen ser considerados como una especie invasora a la que es necesario mantener a raya. En el Hospital Ramos Mej¡a, este invierno las autoridades pegaron en la puerta una resolucion:
"Se informa al público en general que a partir del lunes se encuentra totalmente prohibido el ingreso del mismo a formar fila y/o sacar turnos en el interior del hospital antes de las 5.30 hs. Toda persona que desee ingresar deber formar fila y esperar del lado de afuera, manteniendo el orden y turno de llegada".
¿Se le puede pedir a un enfermo al que se le hace hacer una cola de cinco o seis horas para ser atendido que adem s espere en la calle, en pleno invierno?
Los sindicatos señalan que un factor que agrava las demoras para otorgar turnos es la falta de personal, un problema acentuado desde que el macrismo implemento un incentivo que se jubilen 5000 agentes; al parecer, otra medida de ahorro.
"Falta personal, y aunque los cargos ya est n concursados y designados, los nuevos nombramientos no se concretan."
En algunos lugares como el Alvarez, los problemas de falta de personal se agudizaron al punto de que este año, en Semana Santa, durante cinco d¡as no se interno a ningún paciente. No hab¡a enfermeras para atenderlos. Nunca antes hab¡a ocurrido algo as¡.
En contraste con la lenta toma de decisiones para enviar insumos o nombrar al personal faltante, Macri acaba de concretar la privatizacion del sistema de facturacion y cobranza con que los hospitales recuperan los servicios prestados a quienes tienen obra social o medicina prepaga. La medida ilustra en qu‚ lugar se pone el acento.
Spaccavento advierte sobre los riesgos de privatizar el sistema de facturacion:
"Todas las experiencias del mundo en esta direccion terminaron impulsando la privatizacion del hospital. Las empresas facturadoras estimulan a los m‚dicos y el personal a internar y hacer bien los papeles de quienes tienen obras sociales o prepagas.
Son empresas que ganan m s si el hospital factura m s, ganan en funcion de un canon que se les da por lo que consiguen facturar por encima del promedio historico. As¡, como ya pasó con el Hospital de Cl¡nicas, los hospitales terminan teniendo salas maravillosas para aquellos sectores a los que se les puede facturar, esto es lo que sucedio con el PAMI, y otras de segunda que son para los pacientes del sistema público".