Más allá de todo, junto a Schiavi, de los mejores 2 que yo vi.
Quizá el flaco era mejor, pero lo que tenía el patrón era carisma como jugador.
Cuando de pendejo con mi viejo iba a la cancha, lo veía y Bermudez vivía a full los partidos. Era una máquina de hacer señas, gritar para ordenar. Era una máquina. Un loco en el buen sentido.
Lo que pasa ahora, lo separo. Aunque sigue teniendo esa labia carismática para caer en gracia y a veces lo logra.