Me piden que diga algunas cosas sobre vos y me pregunto: ¿De qu‚ hablo primero? ¿Del jugador o del hombre?
Como jugador, sos un imprevisible total. Hasta tal punto que pienso que algunas cosas que intent s, a mitad de camino las cambi s por iniciativa propia o por como se te paro el adversario de turno. Pod‚s ser individual, como colectivo.
Euforico, sos capaz de pasar por donde nadie pasa, para luego asistir como muy pocos lo hicieron o lo hacen, sea por arriba o por abajo, colocando a tu partenaire en posicion favorable y no complic ndole la vida al que va a definir.
Cuando te pon‚s nervioso, te empecin s y as¡ perd‚s la tranquilidad y la claridad, chocando y discutiendo lo indiscutible. Y te transform s, dej s de ser el tipo lúcido que, manejando las situaciones m s al l¡mite, es ideal.
Dentro de la apariencia de Guillermo "El Terrible", existe una persona agradable de tratar, con sus gustos bastante simples, con sus inocencias que se extrañan cuando uno lo conoce y ‚sta fue una de ellas.
Era un partido en la Bombonera, donde Guillermo ven¡a jugando bien. Pero en el segundo tiempo, entre un par de faltas no cobradas, un offside que no fue y un gol que se perdio, se completo un mix que comenzo a condicionarlo, acentu ndole los nervios.
Llegando al l¡mite, voy y lo saco, y cuando pasó a mi lado lo felicit‚ y le dije al o¡do: "Sacate los berretines que ten‚s en el balero".
Se sento y, despu‚s de beber agua y recuperarse, viene y me dice: "Disculpe Carlos, ¿me puede decir que significa berretines?". Me empec‚ a reir como un loco, para luego explic rselo.
Les dije esto porque con Guillermo al principio uno ve a alguien t¡mido, respetuoso, chispeante, despierto, honesto, medio desconfiado cuando no le gusto el palo, orgulloso en lo m s profundo, A quien le da donde m s nos duele el no poder lograr lo que desea, pero que igualmente har lo imposible para lograrlo.
Eso lo pinta en carne propia: detr s de esa imagen de molesto, canchero, fastidioso, que puede llegar a armarse quien no lo conoce, existe el otro, ese que les cuento m s arriba. Ese es el verdadero. Un gran sentimental, que trata de no demostrarlo, pero que tarde o temprano, "se vende".
Abrazo Guille, chau.
Carlos Bianchi
Felicidades </u>