palermito69
Estrella
[h=1]Noche de Luna llena: el Chino metió tres goles, el último con una chilena, y decretó el 3-1 de Tigre a Newell's. Los de Victoria salieron del descenso directo pasando a San Martín y hasta están punteros con la Lepra. Soñá...[/h] Desde el pizarrón del Vasco Arruabarrena; desde los pies, desde la cabeza, desde la ¡chi-le-na! de Luna; desde el triángulo perfecto, equilátero y equilibrado, que forman Morales-Martínez-Castaño en el medio. Desde la ilusión: Tigre le ganó 3-1 un partido durísimo a Newell's con todos los méritos, salió del descenso directo (mandó a San Martín), puede pasar o alcanzar a San Lorenzo en los Promedios si los de Boedo no ganan contra Unión, y hasta se puso puntero en el Clausura.
De entrada, los de Victoria le hicieron sentir el rigor a Newell's. Los sorprendentes pibes del Tata Martino sufrieron la pierna fuerte pero también el dominio desde el juego de la gente de Arrruabarrena. Con un Román Martínez activo, Tigre se adelantó en el campo y pegó primero: gran asistencia de Morales para el Chino Luna, que empezaba a hacerse dueño de la noche.
Newell's empató con Figueroa y tuvo un rato de dominio con su clásica presión, pero de vuelta el local se adueñó del partido desde la zona de volantes. Castaño, que debió irse expulsado, fue patrón del medio. Y Luna, del área: metió una volea sensacional para perforar el arco de Peratta, el segundo en su cuenta personal, y puso el 2-1 antes de irse al vestuario.
En la segunda parte, la Lepra sí pudo imponer su juego, sí pudo tocar en el medio y recuperar rápido con la frescura de sus pibes. Figueroa, Villalba y Pablo Pérez copaban el mediocampo. Pero Tigre es un equipo que ya tiene chapa, que tiene experiencia en estas finales. Bancó la parada con su defensa, con algunas atajadas (y hasta un blooper) de Javi García, y fue metiendo todos los ataques rosarinos en un embudo. Terminó cerrando la noche con fiesta, a puro lujo: un golazo inolvidable de Luna, una chilena de antología, marcó el 3-1 y desató la locura de todo el estadio. Los compañeros se agarraban la cabeza, se reían sin creer, pero fue bien real.
Newell's dejó pasar la chance de mandar un mensaje, de certificar que la Lepra está para discutir cosas serias: no pudo imponer su estilo de juego en Victoria, a pesar de las ganas que tuvo el equipo. Tigre, en cambio, sigue gritando que peleará con todo, contra todos. Con un once compacto que sabe a qué juega, que tiene puntos altísimos como Luna, como Morales, como Román Martínez. Con hasta pasajes de magia. De magia China. Y casi mágicamente, ahí están los de Victoria: punteros, afuera del descenso directo, arriba de Olimpo y San Martín y a tiro de San Lorenzo (lo pasa si los de Boedo caen con Unión, lo alcanza si empatan). Y preparando el próximo truco.
De entrada, los de Victoria le hicieron sentir el rigor a Newell's. Los sorprendentes pibes del Tata Martino sufrieron la pierna fuerte pero también el dominio desde el juego de la gente de Arrruabarrena. Con un Román Martínez activo, Tigre se adelantó en el campo y pegó primero: gran asistencia de Morales para el Chino Luna, que empezaba a hacerse dueño de la noche.
Newell's empató con Figueroa y tuvo un rato de dominio con su clásica presión, pero de vuelta el local se adueñó del partido desde la zona de volantes. Castaño, que debió irse expulsado, fue patrón del medio. Y Luna, del área: metió una volea sensacional para perforar el arco de Peratta, el segundo en su cuenta personal, y puso el 2-1 antes de irse al vestuario.
En la segunda parte, la Lepra sí pudo imponer su juego, sí pudo tocar en el medio y recuperar rápido con la frescura de sus pibes. Figueroa, Villalba y Pablo Pérez copaban el mediocampo. Pero Tigre es un equipo que ya tiene chapa, que tiene experiencia en estas finales. Bancó la parada con su defensa, con algunas atajadas (y hasta un blooper) de Javi García, y fue metiendo todos los ataques rosarinos en un embudo. Terminó cerrando la noche con fiesta, a puro lujo: un golazo inolvidable de Luna, una chilena de antología, marcó el 3-1 y desató la locura de todo el estadio. Los compañeros se agarraban la cabeza, se reían sin creer, pero fue bien real.
Newell's dejó pasar la chance de mandar un mensaje, de certificar que la Lepra está para discutir cosas serias: no pudo imponer su estilo de juego en Victoria, a pesar de las ganas que tuvo el equipo. Tigre, en cambio, sigue gritando que peleará con todo, contra todos. Con un once compacto que sabe a qué juega, que tiene puntos altísimos como Luna, como Morales, como Román Martínez. Con hasta pasajes de magia. De magia China. Y casi mágicamente, ahí están los de Victoria: punteros, afuera del descenso directo, arriba de Olimpo y San Martín y a tiro de San Lorenzo (lo pasa si los de Boedo caen con Unión, lo alcanza si empatan). Y preparando el próximo truco.