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Otra polemica: Facebook te hace "inmortal"
Los perfiles de las redes sociales o los blogs de las personas fallecidas que crearon un usuario en Facebook qued n en Internet para siempre, con sus fotos, música, comentarios, amigos e incluso con las últimas conversaciones que mantuvieron sus propietarios.
"No hay ningún tipo de legislacion y uno de los problemas es que no sabemos qu‚ hacer en estas circunstancias", dijo Rodrigo Teijeiro, fundador y CEO de Sonico, una red social argentina que tiene 34 millones de usuarios, según una nota publicada por el diario La Nacion.
"Lo estamos experimentando reci‚n ahora y, como siempre, hay dos bandos: quienes dicen que hay que cerrarlos a la primera informacion de que el usuario fallecio y quienes sostienen que no se pueden tocar", agrego.
Estos perfiles de Facebook (50 millones de usuarios), MySpace (250 millones) o Hi5 (50 millones) son una especie de ventana pública que da a un cuarto privado repleto de objetos queridos. Cuando el dueño ya no existe ese mbito digital no cambia. En caso de deceso ni siquiera hay manera de anunciarlo.
"En poco tiempo va a ser un cementerio virtual. Podr¡a incluirse el deseo de cada persona de desactivarlo o no en caso de muerte en los t‚rminos y las condiciones para abrir el perfil, pero la verdad es que muy poca gente le presta atencion y podr¡a tener un impacto muy fuerte", dijo Teijeiro ante el nuevo dilema.
Los perfiles de las redes sociales funcionan con una contraseña que solo conoce el usuario y, por aspectos contractuales, es la única persona que puede desactivarlo. Un padre, por ejemplo, no puede reclamar a Facebook que desconecte el perfil de su hijo. La única manera ser¡a convencer a su hijo de que deje de utilizar la Red. Pero si la persona muere, el tema cobra otro cariz. Ninguna de las redes sociales lleva un registro de decesos de sus usuarios.
En marzo del año pasado fallecio Gerardo "Toto" Rotblat, el muy querido percusionista de Los Fabulosos Cadillacs. En MySpace, de todo modos, es como si siguiera con vida. En su perfil todav¡a aparecen sus fotos, sus composiciones y sus recuerdos. "Donde sea que est‚s, un gran abrazo", dice uno de los últimos mensajes. O cosas como: "Hoy pas‚ por ac y te vi, me trajiste recuerdos de tiempos pasados y alegr¡as". El sitio funciona como un "santuario" de acceso público.
Hay casos diferentes tambi‚n. La hermana del fallecido periodista brit nico William Bemister, Stephanie, pidio insistentemente que dieran de baja el perfil de su hermano. La empresa Facebook se nego. En una carta enviada a la organizacion Consumerist, Stephanie expreso su impotencia e indignacion.
"El coloco un monton de informacion personal en su perfil. Cualquiera que haya perdido un ser querido necesita que esa informacion sea retirada r pidamente por motivos de seguridad y por la enorme pena de tener que tratar con cientos de personas que creen que aún est vivo y a las que hay que informar de su muerte." Ante semejante pol‚mica, Facebook finalmente acepto retirar el perfil del conocido periodista.
En la Argentina, donde el 53,5 por ciento de las personas que utilizan Internet pertenece a una red social, no se conocen ese tipo de demandas. Pero s¡ otros casos que convierten el perfil de un ser querido fallecido en una suerte de invitacion para participar de una necropolis virtual. Eva Macchia conto a LA NACION que con su amigo de la infancia, Marcelo, sol¡a relacionarse solo por medio de Facebook. "Nos mand bamos mensajes y siempre quedaba pendiente la promesa de vernos", cuenta. Pero, sorpresivamente, por una complicacion card¡aca su amigo fallecio.
"D¡as despu‚s, vi en las actualizaciones de Facebook que muchos amigos y familiares le escrib¡an. La mayor¡a de los mensajes eran para decirle que lo extrañaban y que no encontraban consuelo", recordo Macchia.
Algunos especialistas sostienen que el número de fallecidos resulta aún muy bajo, porque los jovenes son quienes m s utilizan la Web.
"Los perfiles quedan ah¡ por siempre. Ya debe haber mucha gente muerta en Facebook y en las otras redes. Podr¡amos decir que son fantasmas digitales como una manera de definir esta actividad que continúa m s all de nuestras vidas", expreso el especialista en nuevos medios y docente universitario Juli n Gallo.
Un estudio mundial de Pew Internet Project indica que las personas de entre 18 y 32 años (nativos digitales o "Y Generation") representan el 30% del total de usuarios de la Web. Le siguen en la franja de aplicaciones los individuos de entre 33 y 44 años, con un 23%, y los de entre 45 y 54 años, con un 22 por ciento.
Los individuos de 55 años o m s significan el 24% de todos los usuarios mundiales de la Web.
"Hace cinco años el 80% de los contenidos que hab¡a en la Red era de empresas; hoy es al rev‚s: el 80% son subidos por personas. Es probable que el tema de la gente fallecida empiece a discutirse porque, en algún momento, los fantasmas digitales van a ser millones.Como sea, el perfil en una red social puede servir para perpetuarse, pero tambi‚n puede significar un problema m s para los deudos.
Los perfiles de las redes sociales o los blogs de las personas fallecidas que crearon un usuario en Facebook qued n en Internet para siempre, con sus fotos, música, comentarios, amigos e incluso con las últimas conversaciones que mantuvieron sus propietarios.
"No hay ningún tipo de legislacion y uno de los problemas es que no sabemos qu‚ hacer en estas circunstancias", dijo Rodrigo Teijeiro, fundador y CEO de Sonico, una red social argentina que tiene 34 millones de usuarios, según una nota publicada por el diario La Nacion.
"Lo estamos experimentando reci‚n ahora y, como siempre, hay dos bandos: quienes dicen que hay que cerrarlos a la primera informacion de que el usuario fallecio y quienes sostienen que no se pueden tocar", agrego.
Estos perfiles de Facebook (50 millones de usuarios), MySpace (250 millones) o Hi5 (50 millones) son una especie de ventana pública que da a un cuarto privado repleto de objetos queridos. Cuando el dueño ya no existe ese mbito digital no cambia. En caso de deceso ni siquiera hay manera de anunciarlo.
"En poco tiempo va a ser un cementerio virtual. Podr¡a incluirse el deseo de cada persona de desactivarlo o no en caso de muerte en los t‚rminos y las condiciones para abrir el perfil, pero la verdad es que muy poca gente le presta atencion y podr¡a tener un impacto muy fuerte", dijo Teijeiro ante el nuevo dilema.
Los perfiles de las redes sociales funcionan con una contraseña que solo conoce el usuario y, por aspectos contractuales, es la única persona que puede desactivarlo. Un padre, por ejemplo, no puede reclamar a Facebook que desconecte el perfil de su hijo. La única manera ser¡a convencer a su hijo de que deje de utilizar la Red. Pero si la persona muere, el tema cobra otro cariz. Ninguna de las redes sociales lleva un registro de decesos de sus usuarios.
En marzo del año pasado fallecio Gerardo "Toto" Rotblat, el muy querido percusionista de Los Fabulosos Cadillacs. En MySpace, de todo modos, es como si siguiera con vida. En su perfil todav¡a aparecen sus fotos, sus composiciones y sus recuerdos. "Donde sea que est‚s, un gran abrazo", dice uno de los últimos mensajes. O cosas como: "Hoy pas‚ por ac y te vi, me trajiste recuerdos de tiempos pasados y alegr¡as". El sitio funciona como un "santuario" de acceso público.
Hay casos diferentes tambi‚n. La hermana del fallecido periodista brit nico William Bemister, Stephanie, pidio insistentemente que dieran de baja el perfil de su hermano. La empresa Facebook se nego. En una carta enviada a la organizacion Consumerist, Stephanie expreso su impotencia e indignacion.
"El coloco un monton de informacion personal en su perfil. Cualquiera que haya perdido un ser querido necesita que esa informacion sea retirada r pidamente por motivos de seguridad y por la enorme pena de tener que tratar con cientos de personas que creen que aún est vivo y a las que hay que informar de su muerte." Ante semejante pol‚mica, Facebook finalmente acepto retirar el perfil del conocido periodista.
En la Argentina, donde el 53,5 por ciento de las personas que utilizan Internet pertenece a una red social, no se conocen ese tipo de demandas. Pero s¡ otros casos que convierten el perfil de un ser querido fallecido en una suerte de invitacion para participar de una necropolis virtual. Eva Macchia conto a LA NACION que con su amigo de la infancia, Marcelo, sol¡a relacionarse solo por medio de Facebook. "Nos mand bamos mensajes y siempre quedaba pendiente la promesa de vernos", cuenta. Pero, sorpresivamente, por una complicacion card¡aca su amigo fallecio.
"D¡as despu‚s, vi en las actualizaciones de Facebook que muchos amigos y familiares le escrib¡an. La mayor¡a de los mensajes eran para decirle que lo extrañaban y que no encontraban consuelo", recordo Macchia.
Algunos especialistas sostienen que el número de fallecidos resulta aún muy bajo, porque los jovenes son quienes m s utilizan la Web.
"Los perfiles quedan ah¡ por siempre. Ya debe haber mucha gente muerta en Facebook y en las otras redes. Podr¡amos decir que son fantasmas digitales como una manera de definir esta actividad que continúa m s all de nuestras vidas", expreso el especialista en nuevos medios y docente universitario Juli n Gallo.
Un estudio mundial de Pew Internet Project indica que las personas de entre 18 y 32 años (nativos digitales o "Y Generation") representan el 30% del total de usuarios de la Web. Le siguen en la franja de aplicaciones los individuos de entre 33 y 44 años, con un 23%, y los de entre 45 y 54 años, con un 22 por ciento.
Los individuos de 55 años o m s significan el 24% de todos los usuarios mundiales de la Web.
"Hace cinco años el 80% de los contenidos que hab¡a en la Red era de empresas; hoy es al rev‚s: el 80% son subidos por personas. Es probable que el tema de la gente fallecida empiece a discutirse porque, en algún momento, los fantasmas digitales van a ser millones.Como sea, el perfil en una red social puede servir para perpetuarse, pero tambi‚n puede significar un problema m s para los deudos.