El escobillon Adrian Guillermo

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Juvenil
Adrián Guillermo? El Escobillón le confesó a Olé su historia oculta, cubierta durante años por una rotura de ligamentos que él asegura que nunca existió. Hoy, mientras se entrena por su cuenta y busca equipo, intenta entender por qué Boca le cierra las puertas de la Bombonera los domingos.

Adrián Guillermo tiene hoy mucho para contar. Porque su historia no se escribió como debería haberse escrito, como las de las demás joyas surgidas en las Inferiores de Boca. La suya es distinta, y muy pocos conocen la verdad.
"Yo hoy estaría jugando al lado de Riquelme, si no fuese por..." No, no fue justamente por aquella rotura de ligamentos de la que siempre se habló. El Escobillón, como lo apodaron por su corte de pelo, le contó a Olé su verdad, muy lejana a la que todos los hinchas creen conocer. "Yo no me fui por ninguna rotura de nada, nunca tuve una grave lesión, sólo era una distensión. Yo me fui de Boca por mi representante, que se peleó con Macri por mi contrato. Y en el medio estaba yo".
Fue así que ese mismo talento que explotó a finales del '98 de la mano de Bianchi, que tiraba paredes con el mismísimo Román, y que para muchos era considerado el sucesor de Barros Schelotto, dejó de jugar de un día para el otro, y fue cedido a préstamo tiempo después al Badajoz español. Su carrera, que pintaba para otra cosa, nunca volvió a ser la misma.
Una historia diferente al resto también por algunas otras cosas. Entre esas, una anécdota bastante particular: en el 2010, después de haber pasado por 12 clubes distintos (estuvo en Bolivia, México y Paraguay), consiguió club ¡gracias a Facebook! Sí, el técnico de Cefalier de José C. Paz lo reconoció en la red social y lo convenció para jugar el Argentino C. "Me dejó un mensaje y ahí arreglamos", dijo Adrián, como si se tratara de algo cotidiano.
Hoy, a los 32 años, sigue a Boca como un hincha más. Tratando de entender por qué su amado club le cierra la puerta de la Bombonera los domingos... "Me pasé mis mejores años en Boca y me duelen algunas cosas. El otro día no tenía entrada y no me dejaron pasar. Siento que no soy valorado ni reconocido" confesó, un tanto quebrado.
El club Moreno de su querido barrio homónimo lo recibe a diario, mientras el Escobillón se entrena por su cuenta a la espera de equipos interesados. Y los sueños de aquél diestro veloz que complicaba a los defensores siguen intactos. "Ya me di el gusto de salir campeón con el equipo que amo (Apertura '98 y '00)". Mi cuenta pendiente con el fútbol es hacer un gol en Primera. Y tengo tres años para lograrlo, más que eso no quiero jugar. Quién te dice, ¿no?".


Que barbaro no,a cuantos le habra pasado esto,no solo en Boca,en muchos clubes.
fuente Ole:
 
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